La investigación apunta que Guillermo Marín, amigo de Jorge Messi, el padre del jugador, reconoció haber cobrado dinero por la organización de los partidos amistosos y benéficos que disputó Messi en Cancún (México), Bogotá (Colombia) y Miami (EE UU) en 2012; y en Medellín (Colombia), Lima (Perú) y Chicago (EE UU) en 2013.
A partir de su declaración, llena de lagunas, se supone que a través de una de sus empresas de imagen de deportistas, Marín habría percibido unos 1,7 millones de euros. La Guardia Civil investiga también al futbolista como posible receptor de pagos que, según las pesquisas y testigos, podrían ascender a unos 3,5 millones.
Fuentes próximas a Messi negaron el cobro de cualquier cantidad. El círculo del argentino ha desmentido reiteradamente la implicación del futbolista cuando se le ha preguntado al respecto y ayer insistió de nuevo ante las nuevas informaciones. “Guillermo Marín fue un promotor y no su asesor y, como tal, contactaba con otros promotores locales para dar vuelo a los partidos en los lugares en que se iban a disputar”, dijeron estos medios.
Del mismo modo, niegan que Messi recibiera un solo euro de los 266.000 que ganó la Fundación Messi en los envites benéficos. “Leo no ganaba ni perdía dinero con esa gira de encuentros”, relatan. “Por un lado, es obvio que se pagaba a los jugadores el vuelo y el hotel para jugar los partidos.
Y, por otro, el dinero que se ganaba lo gestionaba la Fundación con Unicef, que escogía los lugares en los que se destinaba el dinero”.
Y zanjan: “Ya ha quedado más que aclarado que Messi no cobró nada. Los cheques se hacían visibles en los partidos y se demostraron las transferencias a Unicef”.
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